Como en estos dias de lo único que se habla es de la Navidad y para mi
este año no existen, aunque desde aqui quiero desearos a tod@s unas
FELICES FIESTAS acompañados de mis mejores deseos, prefiero hablar en
este blog de la anatomia femenina con un poquito de sentido de humor.
Con ese humor que a veces nos falta y nos enzarzamos en discusiones y
polémicas por cualquier malentendido, por dicrepancias o simplemente
porque disfrutamos con ellas.
Pongamos una sonrisa en este dia gris.
Pongamos una sonrisa en este dia gris.
Yo creía que conocía todo sobre el famoso punto G en las mujeres, pero
me llevé una gran sorpresa. Porque además del G está el A. Ayer hablaba
con unas amigas y de todos es conocido, que en la mayoría de las
reuniones de mujeres no falta nunca el tema del sex0. Una amiga
expresaba que ella no tenía eso del punto G, porque no lo encontraba.
Intenté sacarla de dudas (no piensen mal, no practicamos sex0), así que
entramos en una página de Internet para que tuviera más datos, y no
pensara que yo me los inventaba. Llegamos a un test en dónde hablaban
del famoso punto G. Había más información de la que yo tenía sobre ese
punto. Total que después de responder a varias preguntas me
dije…¡Jolines , pues sabías bastante! Intentaré explicar un poco
lo que es ese dichoso punto que a muchas nos puede traer de cabeza. Por
cierto, no sólo está en la mujer, pues el hombre también lo tiene, pero
para que nos dejen que se lo localicemos…es otro cantar. ¿Existe
realmente el punto G? ¿Por qué se llama G y no H, por ejemplo? ¿Cómo se
estimula? Aún algunos investigadores (creo que hombres) creen que no
existe. Total que parece que hablamos de ecuaciones de matemáticas. Lo
que es cierto es que muchas mujeres lo han encontrado y otras no. ¿En
dónde buscarlo? En primer lugar comento que fue descubierto por un
médico alemán, Grafenberg (1944), aunque ese punto ya era conocido hacía
varios milenios en oriente, como “la perla negra”. Las mujeres tuvimos
que esperar hasta que se publicara un libro americano en 1982 para saber
la existencia de ese punto, que bien estimulado puede provocar un
intenso orgasmo. Se encuentra detrás del pubis y detrás de la uretra, a
unos 4 centímetros de la entrada de la vagina. Claro que cada mujer es
un mundo y su posición puede variar de una a otra. Conocía que cuando se
estimula adecuadamente se hincha y palpita, lo que yo no sabía, porque
nunca pensé en medirlo, es puede tener de media un tamaño de una moneda
de dos euros. Lo que está claro es que si no se realiza la estimulación
en el momento adecuado (eso lo sabe cada una) puede resultar molesta.
Hay varias posturas para su estimulación llamadas: “perrito, misionero
y, a caballo”….También hay que recordar que durante el orgasmo puede ser
que la mujer tenga la perdida de un líquido incoloro..¡Tranquilas no es
orina! Es un fluido que segregan las glándulas Skene, situadas sobre la
uretra.
Ahora vamos con los hombres y su punto G. En ellos la estimulación de la próstata durante la sodomía conduce al orgasmo, por eso se llama así. Esa glándula no está a la vista y para acceder a ella hay que introducir un dedo en el ano a unos 5 centímetros y presionar hacia delante un pequeño abultamiento. Pero me temo que muchos heterosexuales masculinos no se dejarán “acariciar” esa zona por miedo. Aún hay demasiado tabú, aunque los que lo han probado no dudan en repetir.
Aún seguí investigando y mi sorpresa fue mayor cuando leí que en el año 1996 algunos científicos continuando con la dichosa búsqueda del punto G, agregaron un nuevo punto: el A. Dicho punto está ubicado en la misma pared vaginal pero más atrás, a medio camino entre el punto G y el cuello de la vagina. La estimulación del punto A produciría mayor y más rápida lubricación, mayor excitación y múltiples orgasmos. Por último, explicaba las posiciones ideales para estimular los dos puntos, es decir el G y el A. ¡Jolines parece que hablamos de matemáticas! Así que señoras si encuentran por un casual en su vagina una zona con mayor sensibilidad, pues ya saben…disfrútenla.
Ahora vamos con los hombres y su punto G. En ellos la estimulación de la próstata durante la sodomía conduce al orgasmo, por eso se llama así. Esa glándula no está a la vista y para acceder a ella hay que introducir un dedo en el ano a unos 5 centímetros y presionar hacia delante un pequeño abultamiento. Pero me temo que muchos heterosexuales masculinos no se dejarán “acariciar” esa zona por miedo. Aún hay demasiado tabú, aunque los que lo han probado no dudan en repetir.
Aún seguí investigando y mi sorpresa fue mayor cuando leí que en el año 1996 algunos científicos continuando con la dichosa búsqueda del punto G, agregaron un nuevo punto: el A. Dicho punto está ubicado en la misma pared vaginal pero más atrás, a medio camino entre el punto G y el cuello de la vagina. La estimulación del punto A produciría mayor y más rápida lubricación, mayor excitación y múltiples orgasmos. Por último, explicaba las posiciones ideales para estimular los dos puntos, es decir el G y el A. ¡Jolines parece que hablamos de matemáticas! Así que señoras si encuentran por un casual en su vagina una zona con mayor sensibilidad, pues ya saben…disfrútenla.
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