viernes, 20 de mayo de 2011

NUNCA PODRAS AMARME




Sé que nunca podrás amarme...Le pregunté al viento,

por qué mi corazón se enamoró si me causarías dolor,

sabiendo que en tus ojos jamás posarán los mios,

sabiendo que en tu espejo, nunca seré tu reflejo,

sabiendo que no podré ser tu complemento,

tu amor esperado, tu alma gemela, pero qué hago,

le pregunté al viento y solo me dijo lo siento.

Sé que nunca podrás amarme...Le pregunté al cielo,

por qué nació en mi este amor si nunca lo tomarías,

sabiendo que en mi boca nunca podrás sentirte,

sabiendo que mis besos jamás podrán llegarte,

sabiendo que sólo estoy de nuevo para amarte,

pero... sabes... el tiempo cura heridas, el tiempo,

premia a los desolados, a los olvidados, como yo.

Sé que nunca podras amarme... le pregunté al aire,

por qué uno se enamora de quien no lo puede amar,

por qué uno se entrega a quien no lo querrá,

sabiendo que el humor y la tristeza no se llevan,

sabiendo que la amargura se avecinaría a mi,

sabiendo que tú nunca podrías amarme,

como yo quiero amarte, amarte, amarte.

Sé que nunca podrás amarme... le pregunté al mar,

por qué es tan intenso, tan profundo, tan lleno,

por qué se parece a mi corazón, así has tocado,

has tocado el fondo de mi corazón, sin más,

por qué es tan azul, y a veces tan verde claro,

porqué a veces se pinta de rojo, con sangre

que brota desde lo profundo de mi pecho.

Sé que nunca podrás amarme... Y aún así, te amo



Me acostumbré a tus palabras,
como el viento a la primavera.

Me acostumbré a tus ojos apagados
por la deseperanza,
a tu voz con distancia,
a tu caricia contenida
en la estela del recuerdo.
Al todo o nada y nada y todo.
Me acostumbré a jugarme la vida
en una palabra
sin saber de mi mismo,
a preguntarle a mi corazón
sin saber si consentía.

Me acostumbré a tu ansiada ternura,
a tus pasos para verte
y al silencio de las equivocaciones.

Me he acostumbrado a pensar,
más que a actuar
a vivir, a expresar,
sin saber que pasará.

Me acostumbré a tí,
con tanta paciencia,
que la impaciencia nos dibujó el espanto
y a lo lejos logro sentir tu corazón confuso
buscando tu silueta.

Me acostumbré a las cláusulas de una letra
echar de menos las noches,
que jamás conocí,
de la vidas que jamás viví.
A pesar de la costumbre
buena o mala,
simplemente pienso en tí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario