VEN

Ven. No me avises y ven. Abre la puerta y sorprendeme. No hagas ruido. Entra. Buscame. Estoy, siempre estoy para ti.

Ven. Respirame. Cierra tus ojos y rastrea hasta que llegues a mi esencia. Hasta que puedas tocarme. Sentirme.

Ven. Registrame. Cachea cada uno de los palmos de mi piel. Aparta lo que sobre. Besame en ese lugar en el que solo tu lo haces. Despiertame con tus gemidos y abreme la piel a ti. Desnudame. Muerdeme. Sujetame y hazlo. Hazlo una y otra vez...

Y cuando sientas que estoy satisfecha y que ya no cabe más de ti en mi, entonces, solo entonces cubreme con tus manos, y deja que escuche que yo, y solo yo, soy capaz de alterar al mismo tiempo el ritmo de tu corazón y el de tus caderas

Hoy, como ayer, como siempre, estoy totalmente rendida a tus deseos, exclava de tus dedos y tu lengua, presa de tu olor.

Vienes, me sorprendes, me haces reir, me abrazas, me acaricias, excitas cada parte de mi piel y llenas cada hueco de mi cuerpo.

Floto en un mar de deseo por ti. Te miro, me envuelve tu presencia, me excitas el cuerpo y el alma.

Te probé y nunca nadie más ha podido ni podrá superar esa pasión, ese gozo indescriptible que me produce tenerte dentro de mi.



Pienso en ti y pierdo mi cordura, mi sensatez, me vuelvo loca solo de imaginarte.

Te recuerdo y araño las paredes de mi casa, olfateo las sábanas, me deshago ante tu foto, me derrito tumbada en mi sofá y estallo en mil pedazos de gozo con solo oír tu voz al otro lado del telefono.

Y llena de ti, plenamente satisfecha, colmada de amor y de pasión, sigo mi vida, riendo, durmiendo, hablando, comiendo y disfrutando cada segundo porque se que volveras, que volveré a sentir la inmensidad y el placer de tu fuerza entre mis muslos.