Llega un momento en nuestra vida que hay que empezar a dar las gracias
por todo aquello que tuvímos, aquello que vivimos, lo que se nos
permitió tener un tiempo en nuestras vidas, dar las gracias a la vida
porque fuimos afortunados de poder disfrutarlo en nuestro camino
estrecho , largo, hasta la siguiente intersección.
Llega el momento en el que uno debe saber dejar ir, abrir la mano con amor, y ver como se aleja con bondad, con esa mirada que nos deja pensativos, y solo nuestra alma, corazón sabe.
Llega el instante en la vida de uno...rotundo momento en el que no puede elegir, solo puede dar la mano para conducir a la verja de salida, sin despedidas.....
Si, llega el momento en la vida de uno en el que solo puede sentirse afortunado y dar las gracias por tanto como llevábamos en nuestro bolsillo, en nuestras manos, por haber sentido tanto amor, tanta fuerza, tanto que compartir.
Me levanto aún sin los pies en el suelo, la realidad algunas veces nos supera, es un proceso para asimilarla, siendo paciente y comprendiendo que fuí afortunada.
Llega el momento en la vida de uno en el que solo puede dar las gracias por todo lo que empieza a ser pasado y seguir caminando...
La fuerza de los buenos recuerdos...el recapitular no es rendirse, solo ordenarse y abandonar la desidia y la desgracia que en algún momento fueron como costra pegada a la piel...los buenos recuerdos, el de las buenas personas son como espátulas que nos limpia y abre nuestros poros a todo aquello que de bueno nos aguarda y que, sobre todo,nos llegará..
Llega el momento en el que uno debe saber dejar ir, abrir la mano con amor, y ver como se aleja con bondad, con esa mirada que nos deja pensativos, y solo nuestra alma, corazón sabe.
Llega el instante en la vida de uno...rotundo momento en el que no puede elegir, solo puede dar la mano para conducir a la verja de salida, sin despedidas.....
Si, llega el momento en la vida de uno en el que solo puede sentirse afortunado y dar las gracias por tanto como llevábamos en nuestro bolsillo, en nuestras manos, por haber sentido tanto amor, tanta fuerza, tanto que compartir.
Me levanto aún sin los pies en el suelo, la realidad algunas veces nos supera, es un proceso para asimilarla, siendo paciente y comprendiendo que fuí afortunada.
Llega el momento en la vida de uno en el que solo puede dar las gracias por todo lo que empieza a ser pasado y seguir caminando...
La fuerza de los buenos recuerdos...el recapitular no es rendirse, solo ordenarse y abandonar la desidia y la desgracia que en algún momento fueron como costra pegada a la piel...los buenos recuerdos, el de las buenas personas son como espátulas que nos limpia y abre nuestros poros a todo aquello que de bueno nos aguarda y que, sobre todo,nos llegará..
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