viernes, 1 de abril de 2011

Pajilleras


Por lo que veo la terrible y misera posguerra española, y las sufridas mujeres que arrastradas por el hambre y la necesidad decidieron “echarse a la calle” van a dar para varios post.

Como ahora, las había de “alta alcurnia”, las que tenían suerte y les ponían un pisito, y todas las demás. En este último grupo tenemos cincuentonas, enfermas, viejas escuálidas -que lo hacen con la luz apagada para esconder sus miserias-, desamparadas… El “lugar de trabajo” dependía de su escala y de los recursos económicos de sus clientes.

Las más humildes tenían que ejercer en la calle y, además, la alta competencia y la falta de dinero obligaban a bajar las tarifas de un día para otro. Así que, se puso de moda una nueva modalidad: “las pajilleras“. Éstas tenían dos ventajas: eran más baratas y no existía peligro de contagiarse de enfermedades venéreas.

Como este tipo de práctica era muy demandada por los soldados, no por gusto si no por que la paga no llegaba para más, las pajilleras frecuentaban las cercanías de los cuarteles. Como en las artes del rijo – como decía Camilo J. Cela – había múltiples variedades, cada una podía estar más preparada o ser más experta en una u otra especialidad, pero en la modalidad de las pajilleras había que buscar otros alicientes para ganar la clientela a la competencia. Así que, a alguna de ellas se le ocurrió ofrecer el servicio con música.

¿Con o sin música?, preguntaba.

Con, por el mismo precio.

La pajillera se insertaba unos cuantos aros de cobre en el brazo y parece que el tintineo del cobre debía ser muy estimulante.

Y de regalo, un chiste de la época: Un borracho lee un cartel donde se publicitaba un médico especializado en curar enfermedades venéreas:

Doctor Pérez-Estremoz
Sífilis y Blenorragia.
De cien casos, noventa y cinco curas.

Y el borracho dice: ¡Joder, con el clero!

Cuerpo de Pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios, de Málaga: un secreto celosamente guardado de la historia

En diciembre de 1840, se autorizaba la creación (merced a una especialísima dispensa del Obispo de Andalucía) del Cuerpo de Pajilleras del Hospicio de San Juan de Dios, de Málaga.

Las pajilleras de caridad (como se las empezó a denominar en toda la península) eran mujeres que, sin importar su aspecto físico o edad, prestaban consuelo con maniobras de masturbación a los numerosos soldados heridos en las batallas de la reciente guerra carlista española.

La autora de tan peculiar idea, había sido la Hermana Sor Ethel Sifuentes, una religiosa de cuarenta y cinco años que cumplía funciones de enfermera en el ya mencionado Hospicio. Sor Ethel había notado el mal talante, la ansiedad y la atmósfera saturada de testosterona en el pabellón de heridos del hospital. Decidió entonces poner manos a la obra y comenzó junto a algunas hermanas a “pajillear” a los robustos y viriles soldados sin hacer distingos de grado. Desde entonces, tanto a soldados como a oficiales, les tocaba su “pajilla” diaria. Los resultados fueron inmediatos.

El clima emocional cambió radicalmente en el pabellón y los temperamentales hombres de armas volvieron a departir cortésmente entre sí, aún cuando en muchos casos, hubiesen militado en bandos opuestos.

Al núcleo fundacional de hermanitas pajilleras, se sumaron voluntarias seculares, atraídas por el deseo de prestar tan abnegado servicio. A estas voluntarias, se les impuso (a fin de resguardar el pudor y las buenas costumbres) el uso estricto de un uniforme: una holgada hopalanda que ocultaba las formas femeniles y un velo de lino que embozaba el rostro.

El éxito rotundo, se tradujo en la proliferación de diversos cuerpos de pajilleras por todo el territorio nacional, agrupadas bajo distintas asociaciones y modalidades. Surgieron de esta suerte, el Cuerpo de Palilleras de La Reina, Las Pajilleras del Socorro de Huelva, Las Esclavas de la Pajilla del Corazón de María y ya entrado el siglo XX, las Pajilleras de la Pasionaria que tanto auxilio habrían de brindarle a las tropas de la República.

Via: http://www.erroreshistoricos.com/curiosidades-...

Qué les parece?

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón un amigo es alguien capaz de tocar el corazón desde el otro lado del mundo. Post que define perfectamente como es ese hombre, el mismo que la forma de explicar las miserias de la posguerra con tiento y picardía me han gustado sigue a si, estaré todas las semanas

    ResponderEliminar
  2. Me parece aterrador lo que esas mujeres tuvieron que hacer y de la hipocresia de la gente rica y de los ganadores de la guerra.

    Un beso

    ResponderEliminar